Cómo escoger tus metas de escritura (y cumplirlas)
- La Escribeteca
- 19 dic 2022
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 7 abr
Cada vez que la Tierra está a punto de terminar su correspondiente vuelta al sol, es decir, cada fin de año, personas de todo tipo y condición diseñan listas de objetivos a cumplir en el siguiente ciclo de traslación; o sea, propósitos de año nuevo. En el caso de las escritoras, esto se traduce en metas de escritura u objetivos literarios.
En esas mismas fechas se multiplican las agendas para escritoras, los planificadores y los cursos de productividad. De hecho, escribo esto en la segunda quincena de diciembre porque sé que es cuando más visitas tendrá el artículo.
De todas formas, como mi objetivo es ser de utilidad a escritoras estresadas, voy a tratar de eliminar los árboles que no nos dejan ver el bosque. Así que, antes de lanzarme a explicar cómo ponerse objetivos, hablaré de los problemas específicos de la escritura. Y añadiré algunas cuestiones que explican por qué los métodos tradicionales y los objetivos SMART no siempre funcionan para nosotras.
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El problema de las metas de escritura
El principal problema de las metas de escritura es que tienen que ver con escribir. Esto puede parecer una idiotez, pero no lo es. La cuestión es que marcarse unos objetivos literarios cuando no eres escritora profesional es algo que choca frontalmente con la vida en general.
Piensa si alguna de las siguientes frases se te puede aplicar:
No priorizas la escritura, sino que sueles dejarla para el final del día por culpa de tareas o compromisos que tú y tu entorno consideráis más urgentes o importantes.
La escritura es tu pasión, pero no sueles concederte el tiempo necesario para hacer cosas que te gustan, así que escribes mucho menos de lo que te gustaría.
Tu familia y amigos no respetan tu tiempo de escritura (cuando por fin consigues un poco) y te interrumpen constantemente.
Cuando te sientas a escribir estás tan agotada que no te sientes capaz.
Solo encuentras periodos de 5 o 10 minutos para escribir y crees que con eso no basta.
Todo lo anterior te hace sentir culpable y «poco escritora».
Solo he escrito seis inconvenientes asociados a la escritura no profesional. Hay muchísimos más y la mayoría se derivan de una creencia base: como la escritura no te da dinero, no se encuentra entre tus actividades prioritarias.
Ahora que tienes todo esto fresco en la cabeza, seguro que entiendes que es muy difícil establecer metas de escritura y cumplirlas. ¿Cómo vas a lograrlo si, desde el inicio, escribir es, a niveles prácticos, algo secundario?
De todo esto y de muchas otras ideas tóxicas acerca de qué es ser escritora y de lo que hace falta para escribir hablo en mi curso Cómo ser escritora en 5 minutos (al día). Pero, en lo que se refiere a escoger tus objetivos literarios, quiero destacar la que quizá sea la lección más importante: nada de esto es culpa tuya.
Se trata de impedimentos que afectan a la mayoría de nosotras y que solemos confundir con falta de voluntad, falta de compromiso, pereza o con no ser «escritoras de verdad».
A pesar de que los prejuicios literarios no son culpa tuya, el hecho es que existen y que tendrás que lidiar con ellos cuando hagas tu lista de objetivos de escritura. Y la mejor manera de hacerlo es ser muy prudente con las expectativas y muy sincera con las propias capacidades. Pero ya hablaremos de eso más tarde.
¿Por qué ponerse objetivos literarios?
De acuerdo, acabo de explicarte por qué ponerse metas de escritura es de locos, así que ¿por qué no dejar el tema aquí?
Pues porque tener objetivos y cumplirlos es fundamental para las escritoras en muchos aspectos.
Los objetivos nos ayudan a seguir adelante.
Pueden servir para medir nuestro progreso.
Si están bien diseñados nutren nuestra autoestima.
Algunos sirven como acicate de nuestras ganas de superarnos y aprender.
Nos dan un sentido del propósito, de que no hacemos las cosas por hacer y ya está.
Lo que ocurre es que, para que todos esos beneficios de las metas de escritura aparezcan, tenemos que escogerlas con cuidado. Y cuando digo con cuidado, me refiero a que hay algunas cuestiones que debemos evitar a toda costa a la hora de fijar nuestros objetivos.
Compararnos: querer escribir una novela en 2023 porque tus compañeras de ese curso de escritura que hiciste ya han terminado las suyas es garantía de fracaso. No conoces las circunstancias personales de esas compañeras, ni sus procesos. No puedes marcarte objetivos que no te pertenecen.
Seguir la moda: a todas nos gusta pertenecer a grupos, todas disfrutamos de compartir aficiones y logros. Lo que ocurre es que la escritura es un proceso personal y si lo sometes a los dictados de la moda, las posibilidades de que termines frustrada son muy altas. Con esto quiero decir que no hace falta que escribas una novela corta cada tres meses porque ese es el reto del año. No hace falta que te unas a los bingos de escritura si no quieres. Ahora, si eso te motiva, adelante.
Asociar tus metas de escritura a tu valor personal como escritora: hablaremos de eso en el siguiente apartado, pero tenlo en cuenta desde ya. Estoy segura de que el objetivo de una atleta olímpica es ganar y también estoy segura de que no les hace gracia perder. Pero ellas saben que siguen siendo deportistas de élite aunque no ganen. Igual que tú sigues siendo escritora aunque no marques todas las casillas de «cumplido».
¿Qué pasa si no cumplo mis objetivos literarios?
Lo digo tan a menudo como puedo porque es verdad: cuando no escribimos bien, cuando no cumplimos los plazos que nos hemos impuesto, y también cuando no cumplimos nuestras metas de escritura, no muere ningún gatito.
Esto no es lo mismo que asegurar que no pasa nada. Claro que pasa. Cuando nuestros objetivos literarios se quedan a medias se abre una nueva fase de trabajo, que es la de evaluación. Tendremos que analizar qué ha pasado, por qué no hemos logrado lo que nos habíamos propuesto.
Y tampoco digo que no debamos sentirnos mal. Cada una tiene derecho a sentirse como sea en el momento y por los motivos que sea. Pero no confundamos nuestra tristeza con la realidad.
Puede que hayamos fallado. Si es así, la próxima vez tendremos que ser todavía más realistas. Y eso es todo.
Nuestro valor como autoras permanece intacto.
La calidad de nuestra obra permanece intacta.
Y además tenemos más datos para el siguiente periodo.
Como resulta que, si diseñamos nuestras metas literarias de año en año, ese ciclo es muy largo, el primer consejo que te pediré que anotes es este: fija tus planes para cumplir metas por trimestres. Así podrás rectificar con tiempo.
Cómo ponerse objetivos
A estas alturas no voy a inventar la rueda. Seguro que ya has oído hablar de los objetivos SMART como unos doce millones de veces.

Pero ¿cómo ponerse objetivos SMART si eres escritora?
En este caso, es más importante saber qué tipos de metas de escritura existen y cuáles se adaptan más a ti. Porque es mucho más fácil adaptar los objetivos a la escritora, que la escritora a los objetivos.
Objetivos para escribir una novela
En alguna ocasión he hablado de que la escritura se compone de cinco fases:

La mayor parte de las metas de escritura que se ven en redes sociales están relacionadas con el número de palabras que se escribirá cada día.
Esto está fenomenal si te va bien, pero deja fuera muchas cuestiones relacionadas con terminar una novela y que no tienen que ver con el hecho físico de redactar.
Te propongo que te plantees fijar tus objetivos literarios relacionados con una obra concreta igual que diseñarías la estructura de esa novela. Es decir, en tres actos: principio, nudo y desenlace.
Reserva un par de meses para las tareas de preescritura, como la planificación, la investigación, el diseño de personajes, escenarios, etc. Los dos siguientes puedes dedicarlos a redactar el primer borrador. Aquí si puedes ponerte como objetivo un número concreto de palabras al día.
Luego tendrías que dejar pasar el tiempo antes de lanzarte a la revisión.
Por supuesto, estas tareas que he mencionado por encima pueden (y deben) dividirse en tareas mucho más pequeñas que será más fácil cumplir.
Objetivos de dedicación
No todo en la vida es terminar una obra.
Quizá te encuentras en un momento personal en el que lo que necesitas es desarrollar tu hábito de escritura. En ese caso puedes ponerte como objetivo literario dedicar un tiempo determinado a la semana a esta actividad.
Objetivos de aprendizaje
Querer mejorar las habilidades de escritura es un objetivo literario muy loable que todas las escritoras deberíamos contemplar. Al fin y al cabo nunca se deja de aprender.
Esto podría incluir leer determinadas obras clásicas, o analizar nuestras novelas favoritas. O quizá unirnos a una comunidad de escritoras en la que nos sintamos apoyadas.
En definitiva, cuando te preguntes cómo cumplir mis metas de escritura, debes hacer un ejercicio de deconstrucción de esa pregunta y contestar a las siguientes:
¿Qué quiero conseguir en lo literario en 2023?
¿Por qué quiero lograrlo? ¿Es un objetivo que realmente persigo yo o me estoy dejando llevar?
¿Estoy preparada para conseguir esa meta?
¿Necesito formación o algún tipo de apoyo?
¿Qué significa ese objetivo literario para mí?
¿Cómo me sentiré si no lo consigo?
Mi método personal para no pasarme con las metas de escritura
Mi método personal y absolutamente transferible para establecer mis objetivos como escritora consta de tres pasos. Cuando lo leas te va a parecer demasiado sencillo, pero lo cierto es que he tardado años en destilar estas tres fases. Años y mucha frustración.
Primer paso: braindump
Cojo una libreta y un bolígrafo (tú puedes hacerlo en Excel o en Word, como prefieras) y anoto absolutamente todo lo que me gustaría hacer en el periodo sobre el que estoy Trabajando. Aunque te he aconsejado que te dediques a un trimestre cada vez, yo empiezo por una lista para todo el año.
Esto me lleva cierto tiempo porque soy una persona muy ambiciosa, muy dispersa y muy imprudente.
De todas formas, antes o después tengo la lista y la divido en cuatro. Cuatro grupos de cosas que quiero hacer, uno para cada trimestre. Aquí no soy demasiado cuidadosa, porque eso empieza en la segunda fase.
Segundo paso: ¿qué creo que puedo hacer?
En la fase de braindump escribo lo que quiero hacer y en esta segunda fase me centro en el primer trimestre y, con el montón de cosas escritas delante me pregunto qué es lo que realmente creo que puedo hacer.
Intento dejar que pase un día entre la primera fase y esta porque si no me vengo arriba con facilidad. En cambio, si dejo pasar un día o dos, cuando vuelvo a la lista me doy cuenta de que es inabarcable.
Para decidir lo que creo que puedo hacer no me queda más remedio que analizar un poco cuáles son mis prioridades. El proceso es complicado y a veces doloroso porque me dejo muchas cosas por el camino, pero también es necesario.
El mejor consejo que puedo darte respecto a esto es que seas muy honesta y trabajes junto a un horario real en el que hayas anotado todo lo que haces en tu día a día. Eso te dará una idea bastante aproximada del tiempo del que dispones y, por tanto, lo que crees que puedes hacer se ajustará un poco más a la realidad que si lo hicieras sin el horario.
Tercera fase: divide entre dos
El ser humano escritor es optimista por naturaleza, así que este paso es fundamental. Y es que, con o sin horario, estoy segura de que en la fase anterior habrás incluido un montón de cosas para las que no vas a tener tiempo. Esas cosas se convertirán en metas de escritura no cumplidas y, por tanto, en focos de frustración y autocuestionamiento.
Así que en la tercera fase lo que hay que hacer es sacar de la lista la mitad de los objetivos.
Lo sé: duele.
Pero te deja con muchas más posibilidades de éxito que no hacerlo.
Y esto es todo.
Sé que hay muchas cuestiones que quizá sean nuevas para ti o maneras de acercarse a las metas de escritura que a lo mejor no te habías planteado.
Relee el artículo todas las veces que necesites y, si buscas un poco de motivación extra, empieza con el braindump en la sección de comentarios. Compartir siempre ayuda a comprometerse.