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Inspiración para escribir: de dónde sacan las escritoras sus ideas

Actualizado: 10 abr


Inspiración para escribir

En la escritura de ficción, uno de los desafíos más formidables es encontrar una idea inicial que encienda nuestra imaginación. ¿Pero sabías que, en muchas ocasiones, las ideas ya están agazapadas en algún rincón de nuestra mente, esperando ser descubiertas y pulidas? Por eso Neil Gaiman dice, cuando le preguntan de donde sacan las ideas los escritores, que de su cabeza, entre otros sitios.


Puede que ahora mismo no te lo creas, pero tu mayor tesoro creativo está en el interior. Como la belleza de Bestia, ya sabes. De todas formas, en torno a esta cuestión surge un interrogante que aparece en todos y cada uno de los foros literarios que en el mundo han sido: ¿Cómo sacas esa idea de tu interior? Esa es la pregunta a la que contestaremos hoy.


¿Qué convierte una idea en buena?


Si te lanzas a la piscina del mundo de las historias, pronto te darás cuenta de que no hay una fórmula mágica para definir una “buena idea” literaria. ¿Sabes ese dicho de que todo está ya escrito? Pues aunque suene a tópico manido y un poco pesimista, hay algo de cierto en él: muchas historias comparten arcos narrativos similares.


Pongamos un ejemplo del que ya he hablado en ocasiones anteriores: “Hamlet” de Shakespeare, “El Rey León” de Disney e “Hijos de la Anarquía”, de Kurt Sutter. A simple vista, estas obras de diferentes géneros y formatos no podrían ser más distintas, ¿verdad? Pues, ¡sorpresa! Las tres giran en torno a la misma premisa: un príncipe huérfano que debe vengar la muerte de su padre, mientras lidia con un tío/padrastro bastante siniestro y una familia, como poco, compleja. Cierto que las dos últimas son retellings de la primera, pero esa no es la cuestión. Lo que importa es que son


  • Obras radicalmente diferentes.

  • Con premisas sorprendentemente similares.


Estas historias comparten la misma base, pero ¿por qué las percibimos de forma tan distinta? La respuesta está en su estilo narrativo, el público al que van dirigidas y el propósito de la historia.


Así que, ¿existe un esqueleto claro para una buena idea de historia? No exactamente. Pero hay unas preguntitas que podrían ayudarte a afilar tus ideas para que funcionen:


  • ¿Quién es tu protagonista?

  • ¿Qué es lo que realmente quiere?

  • ¿Qué obstáculos le impiden conseguir lo que desea?


Y lo que vamos a hacer a continuación es examinar diferentes métodos para contestar a esas preguntas de manera productiva.


7 métodos para encontrar inspiración para escribir



Fuente de ideas


Fuentes de donde sacan las ideas las escritoras


Cuando te sientas bloqueada porque no sabes por dónde empezar, usa cualquiera de estos métodos, el que mejor resuene contigo. No todos tienen por qué servirte y si alguno de ellos te parece horrible, ignóralo.


1 Encuentra una historia que te gustaría leer


Inspiración para escribir

Toni Morrison lo clavó cuando dijo: “Si hay un libro que quieres leer, pero aún no se ha escrito, entonces debes escribirlo tú”. Si me haces caso cada vez que digo que escribas algo en un post-it y lo pongas donde puedas verlo, quizá no tengas espacio para esta perla de sabiduría, pero es que la frase es para enmarcar.


Una de mis alumnas ha decidido basar toda su producción literaria en una carencia del mercado que notó y que no podía soportar. Ahora escribe historias que echaba en falta y que conectan con un público que también notaba esa carencia.


Y yo abrí La Escribeteca porque no encontraba una escuela que ofreciera lo que yo había necesitado cuando empecé a escribir.


Tú puedes hacer lo mismo. ¿Qué historia te encantaría leer? No tiene por qué ser algo revolucionario o completamente único; empieza por lo que te gustaría encontrar entre las páginas de un libro, sea lo que sea.


¿Qué pasa si resulta que te encantan las historias que mezclan géneros y sueñas con una que combine misterio, romance, ficción histórica y ciencia ficción? ¿No has encontrado nada así? ¡Perfecto! Habrá quien te diga que es porque algo así no se vendería jamás en la vida, pero eso no tiene por qué ser cierto. Hay millones de personas en el planeta, va a ser muy difícil que tu idea no le parezca atractiva al menos a unos cientos.


De hecho, el otro día me enviaron un enlace que me dejó con los ojos abiertos como platos:


 


ALGUIEN HA ESTADO OBSERVANDO A TANA DE CERCA, MUCHO MÁS CERCA DE LO QUE ELLA SE IMAGINA.


El espía lo ha vito todo: desde sus momentos más íntimos hasta las tardes perezosas que pasa en el sofá. Por supuesto, se ha enamorado de ella mientras espiaba.


El problema es que hay un segundo espía y su obsesión por Tana es mucho más peligrosa.


Hasta ahí todo más o menos normal, pero la sinopsis continúa tal que así: un hombre que afirma ser la puerta de la casa de Tana se le aparece en sueños.


Repito: un hombre que dice que es la puerta de su casa.


Estamos ante una novela erótica con puertas.


 


Así que detén la lectura de este post y piensa: ¿qué idea suele aparecer por tu cabeza y te pasas la vida rechazándola porque te parece que no merece la pena? Quizás sea una historia que habría te habría hecho la vida más llevadera cuando eras joven, o algo que crees que otros necesitan escuchar, o simplemente algo que, como mi alumna, echas de menos. Evidentemente, una novela erótica con puertas no puede ser porque ya está escrita, pero puedes elegir ventana.


2 Modifica una historia que ya existe


Ya veo cómo se alejan de mi blog las puristas de la literatura, las que creen que fanfiction y retellings son herejías que merecen la hoguera… En fin, si no eres de esas (o si estás dispuesta a buscar inspiración para escribir donde sea necesario, cueste lo que cueste), sigue leyendo.


Pero, antes de que pienses que te estoy sugiriendo que escribas tu versión de “El Gran Gatsby” ambientada en Cuenca, déjame contarte un secretillo: muchas de las grandes obras literarias que hoy veneramos empezaron, básicamente, como fanfictions. ¿No te lo crees? En artículos anteriores he mencionado algunas, pero aquí van otras cuantas.


  • Shakespeare se inspiró en un cuento italiano de Giovanni Battista Giraldi llamado “El capitán moro” para escribir “Otelo”. Ni siquiera cambió los nombres antes de liarse a tejer tramas de amor y venganza.

  • Alejandro Dumas, creó “Los tres mosqueteros” a partir de las memorias de un mosquetero francés de carne y hueso.

  • William Golding se inspiró en un libro infantil sobre tres niños ingleses perdidos en una isla para escribir “El señor de las moscas”. Se titulaba "La isla de coral"


Así que, si te da cosa llamarlo “fanfiction”, piensa en este método como una forma de añadir tu toque único y personal a una historia que ya adoras. Cambia los personajes, dale una vuelta de tuerca a la trama, y quién sabe, ¡tal vez estés a punto de escribir el próximo clásico!


3 Confía en un disparador de la creatividad


Seguro que más de una vez te han dicho que uses ejercicios de escritura, pero, ¿te han explicado cómo sacarles el jugo de verdad? La clave está en dejar fluir tus ideas sin filtro y luego darles forma. Es como esculpir, pero con palabras. Y ya sé que se dice más fácil de lo que se hace, así que te lo cuento con más detalle.


de dónde sacar ideas para escribir

Imagínate que te lanzan este reto: escribe una historia sobre una magdalena cósmica ¿Parece complicado? No tanto si te lanzas locamente a los brazos del brainstorming. Ponte el cronómetro y dedica cinco minutos a escribir todo lo que te sugiera la palabra “cósmico”. Luego, otros cinco para “magdalena”.


Después, revisa lo que has escrito y déjate llevar por esas ideas posiblemente locas. La inspiración para escribir no nos da obras terminadas, sino hilos con los que tejer. Así que no descartes nada de inicio, eso se hace en fases posteriores.


Y si no sabes dónde encontrar ejercicios de escritura, pues estás en el sitio adecuado. ¿Qué hay en los gimnasios? Ejercicios, muchos ejercicios. ¿Y en un gimnasio de escritura? Pues muchos ejercicios de escritura. Así que súmate al comando escribetequer y verás como no dejo que te quedes sin ideas.


4 Abúrrete, que es muy aburrido, pero no mortal


Sé lo que estás pensando: el aburrimiento es ese invitado no deseado al que queremos echar a escobazos de la fiesta de nuestra vida. Pero, ¿y si te digo que, como escritoras, deberíamos darle la bienvenida? Sí, has leído bien. El aburrimiento puede ser un impulso sorprendente para la creatividad.


Nuestro cerebro necesita ciertas dosis de estímulo. Cuando nos invade el aburrimiento, lo que percibimos es una señal de que estamos subestimulados. Lo típico en esos momentos es buscar algo que nos entretenga: el móvil, un libro, la tele, charlas con amigos o pareja...


Pero aquí viene lo interesante: cuando resistimos la tentación de esos estímulos externos y dejamos que nuestra mente divague, le permitimos acceder a las ideas que tenía guardadas y empezar a crear nuestras propias historias. Es como si nuestro cerebro, aburrido de la monotonía, empezara a entretenerse a sí mismo. Por eso, abrazar el aburrimiento puede ser la clave de la inspiración para escribir.


5 Roba historias a la vida real


Solemos olvidar que detrás de las grandes historias, incluso las de fantasía y ciencia ficción, hay un toque de realidad. Y es que, para crear mundos convincentes, no hay nada como mirar a nuestro alrededor.


No necesitas escribir un diario personal, pero sí puedes usar tus experiencias, o las que te cuentan o te encuentras, como trampolín para saltar a la ficción.


Por ejemplo, ¿sabías que Stephen King se inspiró en un hotel real con fama de embrujado para escribir “El resplandor”? Por lo visto, se hospedó en él y tuvo pesadillas, lo cual sirvió de germen a la novela. Y, por cierto, la película de Kubrick es un caso claro de modificar una historia que ya existe. Aunque en este caso con la excusa de adaptar la novela al cine.


Y qué me dices de Agatha Christie, que escribió su “Asesinato en el Orient Express” tras leer la noticia del secuestro y asesinato del hijo de Charles Lindbergh.


Como dijo Mark Twain, “la verdad es más extraña que la ficción”. Así que, ¿por qué no empezar desde la realidad y ver hacia dónde te lleva tu historia?


6 da una oportunidad a los juegos de palabras


A veces, son las propias palabras las que nos sirven como inspiración para escribir. Los juegos de palabras, las aliteraciones y las onomatopeyas pueden abrirte las puertas a historias únicas y fascinantes.


Te dejo unos ejemplitos:


  1. "Historiador histérico": aquí juegas con la semejanza fonética y la disparidad entre un "historiador", una figura dedicada al estudio serio del pasado, y "histérico", un estado emocional desbordante y caótico.

  2. "Gato de escritorio": combina "gato", un animal conocido por su independencia y curiosidad, con "escritorio", un símbolo de trabajo ordenado y rutinario.

  3. "Científico cínico": aquí, la similitud está en la sonoridad de "científico", alguien dedicado a la búsqueda del conocimiento, y "cínico", que podría interpretarse como alguien desilusionado con el mundo.

  4. "Músico místico": "Músico" y "místico" comparten una similitud fonética, pero se refieren a mundos distintos.

  5. "Poeta piloto": combina "poeta", una figura asociada con la creatividad, con "piloto", que sugiere precisión y control.

  6. "Arquitecto anárquico": "arquitecto", alguien que diseña con orden y estructura, y "anárquico", que implica caos y desorden.

  7. Pídele a ChatGPT más juegos de palabras


7 Empieza por lo básico: los elementos clave de todas las historias


He dejado este método para el final, aunque en realidad es el más clásico y eficiente. Lo cierto es que mirar fijamente una página en blanco puede ser como enfrentarse a un gigante.


Y las escritoras que empiezan y que se presionan más de lo que deberían para escribir una buena historia, parten con desventaja. Si eres de estas últimas y te abruma pensar en todo el proceso de escribir una historia, ¿por qué no pruebas a construirla pieza a pieza? Te propongo que pienses en los seis elementos esenciales de la narrativa:



  1. Historia: es la secuencia de hechos o sucesos en el relato.

  2. Argumento: diferente de la historia, el argumento se enfoca en el motivo detrás de los hechos y que explica por qué suceden. Es una herramienta para dar claridad y sentido a la historia.

  3. Personajes: elemento esencial en cualquier narración, ya que no hay historia sin alguien a quien le sucedan los eventos.

  4. Conflicto: se refiere a la confrontación entre los deseos del protagonista y los del antagonista, que genera la tensión necesaria para captar el interés de la lectora

  5. Obstáculos: son los desafíos a los que se enfrentan los personajes, crean tensión y complicaciones en la trama. Varían en importancia y tipo según el estilo del relato.

  6. Clímax: momento culminante del relato donde se resuelve el conflicto principal.


Con esas ligerísimas notas en mente, hay algunas preguntas que puedes hacerte para generar ideas que ya vayan bien encaminadas porque contengan los pilares fundamentales de la narrativa, y son estas:


  • ¿Qué está pasando aquí? Haz un inventario de los acontecimientos. Anota cada giro y vuelta en tu historia. Esto te ayudará a ver si todos los eventos son cruciales o si algunos están de más.

  • ¿Por qué sucede todo esto? Cada hecho en tu relato debería tener una razón de ser, como piezas de dominó cayendo una tras otra. ¿Puedes rastrear el hilo conductor de tus acontecimientos?

  • ¿Quién anda por aquí? Echa un vistazo a tus personajes. ¿Todos tienen un propósito claro? Quizás hay alguno que está de más o, al contrario, te falta alguien que aclare ciertas cosas con sus acciones. Asegúrate de que cada personaje aporte algo único a la trama.

  • ¿Dónde está la chispa?: identifica el conflicto central de tu historia. Recuerda, el protagonista y el antagonista tienden a medirse en una carrera hacia metas similares o completamente opuestas. Anota los motivos de este enfrentamiento para darle sabor a tu narración.

  • ¿Cuántos obstáculos hay en el camino? La vida no es fácil, y tampoco debería serlo para tu protagonista. Los obstáculos son los condimentos de tu historia; úsalos para poner a prueba a tu personaje. Cuantos más obstáculos, más sabrosa será la victoria (o derrota).

  • ¿El gran final funciona? El clímax es tu carta de despedida a tus lectores. Debes asegurarte de que tenga un impacto, de que deje una impresión duradera. ¿Tu final tiene el punch necesario? Si no, es hora de revisar y reajustar.


No se me escapa que este último método puede ser un poco más complejo. Sobre todo si no tienes nada de formación. Por eso quiero darte un poco de ayuda extra:



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Un curso corto pero intenso, totalmente gratuito en el que te explico esos seis elementos fundamentales.


El curso contiene relatos archiconocidos, ejercicios, cuestionarios y ejemplos para que te sea mucho más fácil generar ideas con cierta garantía de solidez.


¿Qué descubrirás en este curso?


Los seis pilares de la narrativa: exploraremos los elementos esenciales que constituyen la base de cualquier historia.


  • La esencia de la historia: profundizaremos en lo que realmente significa contar una historia y cómo capturar la esencia de tu narrativa.

  • Argumento vs. trama: aprenderás a diferenciar estos dos conceptos cruciales, a menudo confundidos, y a utilizarlos de manera efectiva en tu escritura.

  • El alma de los personajes: descubrirás la importancia de crear personajes memorables y cómo su desarrollo es fundamental para tu historia.

  • El corazón del conflicto: analizaremos por qué el conflicto es el núcleo de cualquier narración y cómo usarlo para mantener a tus lectoras enganchadas.

  • Obstáculos y tensión: veremos cómo los obstáculos pueden añadir profundidad y tensión a tu narrativa. Sin tensión, el interés se disipa y, para nuestra desgracia, los libros se cierran.

  • Clímax y desenlace: aprenderás a construir un clímax satisfactorio y a dar un cierre adecuado a tus historias. ¿Estás lista para embarcarte en este viaje literario? ¡Pues comencemos!




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